CORAZÓN PRECINTADO
Un compás inexplicable, peligroso, de ritmo
perturbado,
de tan inservible
se muestra como un viejo edificio ya ruinoso,
así lastima cruento, tan lejano de la vida,
el corazón
que alimenta una vida en el exilio, unos
sueños caducados.
No es posible concebir que lo acaricie el
amor,
está envuelto en celofán, late al compás
irredento
de los restos del naufragio, inconexo de la
dicha,
un barco ya desguazado, pudriéndose
lentamente
en la orilla del
ocaso.
Tan temprano, tan temprano.
El resto del alma mía , perdida sin su
latir,
deambula medio existiendo, sin escoger una
senda,
pintando acuarelas
tristes en lienzos imaginados.
Cuanto añoran mis mañanas una destello de
tibieza,
una esperanza, ¿un por qué?, mas todo es
incertidumbre
cuando el aire que respiro es oxígeno
inventado.
Paco José González