vieja Tristeza
vieja tristeza y no dolor,
a veces,
que vuelves ignorante
todo cuanto cubres,
como una tarde oscura,
como el primer temor.
Invernales olas en playas desiertas.
Vieja soledad ineludible
como las húmedas aceras,
como el silencio eterno,
al comenzar noviembre,
como barcos muertos,
como trenes idos,
como sueños rotos.
Vieja tristeza químicamente infecta,
acaso, como todo,
que nada es ,
“al este del Edén”...
quiméricamente humano.
Paco José González
Tristeza puerta del alma, ancestral como el ADN y , el miedo, el amor y la esperanza.
ResponderEliminarSentarse al lado de la tristeza y no quedar atrapado en sus redes, mejor no mirarla a la cara y nos reconozca.
ResponderEliminarUn placer una vez más