Dolor truncado en tedio,
angustia desterrada
como espectros condenados
al olvido.
Tú, mirando el mar
y yo, soñando ser la brisa,
que besa lo que quiero.
¿yo? ,perdido como siempre
en la misma encrucijada,
cambiando lo imposible
por lo perdido.
Amar con la certeza
de no llegar a ti,
de no alcanzar tus ojos
ni acariciar tu alma.
Y tú mirando el mar,
pensando que me amas,
pensando que me sueñas,
que sólo será un sueño,
que morira mañana.
Se disuelve la vida,
se convierte en nostalgia,
añoranza o cristal,
que la arena hoy empaña.
Y yo ,sientiendo el mar
que azul se hace suspiro,
sintiendo que tu estas
pisando los senderos
certeros de la nada
Paco José González
Se vive la situación frustrante y desesperada de la separación física.
ResponderEliminarDel desencuentro, pero si, también lleva algo de eso.
ResponderEliminarDe las emociones intensas nacen las más bellas poesias. Bonitas letras cargadas de un grito desesperado donde la certeza no es tan cierta. Siempre queda un hilo de esperanza aunque ésta asome timidamente... Saludos
ResponderEliminarGracias.
ResponderEliminarA veces existen amores perfectos, almas que se buscan de forma incansable, cuerpos que desean más que nada en la vida fundirse en uno solo, son aquellos amores que desafian al tiempo y al espacio, que nunca decrecen, no obstante, a veces, son vectores paralelos y estaran condenados eternamente a sentirse cerca, casi a tocarse, pero jamás se cruzarán, son dos tristes railes de una via infinita.
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