jueves, 8 de enero de 2015

Se apagó la tarde"





Se apagó la tarde y pensé,
que no era racional
el profundo latigazo que reventó
mis entrañas.
Sentí que la muerte esperada,
imaginada e incluso deseada,
acariciaba mi cadáver inmóvil,
mi cuerpo que miraba de pie
con los ojos apagados,
con la mirada de la muerte
consumada.

Se apagó la vida y las luces encendidas
traían de la calle el sonido
de las almas, que nunca me amaron.
Se apagó la tarde y mi voz
era muda para mí.
Se apagó la tarde y mi piel estaba
fría.
jamás ya miraría como antes miré.
Jamás sentiría como antes sentí.
Jamás hablaría como antes hablé.
Y me compadecí de mi cadáver,
sentí pena de aquel ser sin alma,
que miraba sin ver,
que abrazaba el puñal del odio,
y se lo clavaba lentamente.
sentí pena de su miedo,
sentí pena de su vida,
porque aquellas nunca más
serian mis manos,
porque esas piernas nuca desplazarían
mi cuerpo, que se apagó como la tarde,
mirando la triste ventana.
Hui de mi muerte y de mi vida.
me alejé de los labios tan odiados.
busqué en profundas soledades
mi vida si mi,
mi vida sin mis sueños,
mi vida sin mi ser.
Y vi pasar mi cadáver,
y tras cruzar la marisma
de la angustia desbordada
la mañana despertó,
azul, preñada de brisa.

Paco José González



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